Después de las fallas 2008 seguí descubriendo otras facetas de las fallas que no conocía en profundidad. Sobre todo a las fallas de “la semana después” como puedan ser Turís, Chiva, Monserrat, Montroy, Real, Segorbe o La Raval de Alcacer.
Lo primero que contar es lo que sucedió en Turís. En esta población, quizá la más popular de todas falleramente hablando de la semana después de fallas, se tiene por costumbre celebrar una cena previa a las fallas donde se invitan a los medios de comunicación.
Era la primera vez que yo iba. Allí estaba el “núcleo duro” de los medios de Valencia. En banda, en manada. Y cuando llegué yo, en Turís ya estaban advertidos. Me situaron en una mesa donde estaban los artistas falleros municipales de Turís y otras personas ajenas a los medios.
Aunque no me sorprendí, si que pregunté que era lo que pasaba. Me dijeron que les habían advertido de los problemas que teníamos. La “guerra de los medios” se estaba recrudeciendo por momentos.
Precisamente fue Braulio Torralba quien cogió el micrófono cuando tocó el turno de los medios y soltó otra perorata similar a la que soltó en Zapadores en los premios Desgarrats y dijo algo así como que agradecía a los medios “profesionales” que son los que están a la “izquierda” de este lugar (habréis adivinado que yo estaba a la derecha) que son los que realmente informan, bla, bla, bla.
En ese momento me dio risa. Éramos sobre 400 personas con la fallera mayor de Turís, la corte, la alcaldesa Pilar, los concejales, invitados, representantes de todas las fallas de Turís, etc. Y casi nadie sabía de que iba el tema. El caso que se le hizo fue nulo. A mi me saludaron todos… menos ellos, claro. La normalidad el resto de la noche fue total. Yo aún no era muy conocido fuera de las fallas de Turís, y menos las fallas conocían nuestras cuitas mediáticas. Yo no dije nada por esta razón, y los pocos que lo sabían también callaron.
La disertación de Braulio pasó desapercibida. Tanto que nadie habló de ella. De todos los que había, tan solo sabían de qué iba el tema unas 20 personas. ¡Y todos de Valencia! Una tontería más.
La velada terminó sin más problema. Todo lo contrario, no gustaron estas formas según me contarían al año siguiente. Un año en el que fue decreciendo esta asistencia de los medios y la popularidad de éstos. Una popularidad que fue reducida en parte por el despliegue que año tras año realizamos en estas poblaciones que plantan en la semana después. Donde entrevistamos a todas las falleras mayores de todas las fallas, alcaldesa, fallera mayor del pueblo y le damos cobertura y publicidad para que la fiesta se extienda por Valencia y nos sirva como “resopón” fallero a los que nos gusta las fallas.
Tras esa cena vino el resto de actos de las fallas. Pero algo si que tengo que contar para que vayamos enlazando sucesos internos.
La noche previa a la cremá se celebraba los castillos que cada falla disparaba ordenadamente cada media hora para que se pudieran ver todos por partes de los asistentes.
La noche era húmeda como corresponde a finales de marzo en la montaña. Para entonces Vicente Alventosa estaba de baja por problemas en la garganta. Unos problemas que arrastraba de antes de falla que provocaron que Vicente Sanz le sustituyera en los días de baja durante le programa de las mañanas.
A mi no me hizo ninguna gracia verlo pululando por Turís hasta altas horas cuando estaba de baja por estos problemas. Pero el ambiente interno ya estaba tan enrarecido que no dije nada, aunque con las miradas sobraban. El, claro, iba rodeado de sus “incondicionales”, los mismos que mientras que estaba Vicente Sanz llamaban para decir que donde estaba Vicente. Los mismos que con sus llamadas repetitivas y carentes de interés iban deteriorando el programa matinal. Los mismos que se quejaban de que había mucha publicidad y que ellos lo que querían era escuchar a Vicente y no escuchar publicidad.
¿Dónde se ha visto? ¡Unos oyentes diciendo a la emisora que no ponga publicidad! ¡Unos oyentes diciendo lo que había que decir y lo que no en la emisora!
¡Por favor! ¿Qué pretendían? ¿Qué se pensaban que era eso? ¿Por qué Vicente no les paraba?
La respuesta la tuve un par de meses mas tarde.
El malestar interno se seguía apoderando de la emisora. Y cuando esto pasa se traslada involuntariamente a la audiencia.
Mirad, en la radio, aunque parezca que no es así, el estado de ánimo de los que hablamos llega a los oyentes. Nuestra forma de expresarnos, nuestro tono, nuestras palabras, nuestra alegría en la voz, todo, absolutamente todo llega. Y es que en la radio lo único que llega a los oyentes es la voz. Y la voz dice mucho de las personas. No tenéis mas que analizar cuando habláis con alguien por teléfono que enseguida se nota como está o como se encuentra en esos momentos hablando por teléfono.
Así iba notando un progresivo deterioro de la popularidad de la emisora en general. Se iban conformando dos bandos bien diferenciados. Encima uno de ellos apoyado por ciertos medios que se habían confabulado y comenzaban a intentar destruir Música y Fallas Radio a través de intentar chantajear a las fallas y decirles que si yo iba ellos no iban a ir. Alguna si que cayó en la trampa, pero de esto hablaré en el próximo capítulo.
Lo que a mi no dejaba de sorprender es que cuando todo esto pasó, los compañeros de los otros medios defendían a su jefe, sin embargo en mi propia casa, no estaban de acuerdo conmigo, con mi línea editorial. Esto me parecería bien si hubiera guardado una coherencia y alguien me hubiera dicho: Pepe, como no estoy de acuerdo con tu línea editorial me voy.
Si me hubiera dicho esto alguien, lo hubiera entendido. Pero en lugar de decirme eso intentaba adueñarse de la emisora. Hecho que después de varios meses quedó claro, o mejor, clarísimo con la creación de una emisora tan fugaz como el cometa de Halley en la que la programación no me la imitaron, me la calcaron. Pero ya se sabe aquello de original y copia.
Después de Turís me tocó Chiva. Esta población nos acogió con los brazos abiertos. Era la primera vez que un medio de comunicación de Valencia le dedicaba tanto tiempo y se iba a su pueblo a pasar una noche de fiesta con ellos. El agradecimiento fue mutuo y a día de hoy aún sigo yendo todos los años a las fallas de Chiva, que lo suele celebrar la semana siguiente de las fallas de Turís.
Aquella noche, la atención fue tal que nos sentaron a mi mujer y a mí junto al alcalde y a los concejales. Desde entonces mantengo una excelente relación con Chiva y con todos los que han sido presidentes.
Cierto es que cada año nos acogen con mucha estima y les estamos muy agradecidos.
También entrevistamos en directo a los presidentes de Monserrat y de Real que quemaban la falla por aquel entonces. Recuerdo que el recorrido por la zona oeste de la comarca de la Ribera (Turís delimita la comarca de la Ribera Alta, por eso se habla valenciano y a partir de Godelleta y Buñol no porque son de la comarca de la Hoya de Buñol) de aquella noche fue pasado por agua, apenas pudimos ver las fallas por el agua. Incluso recuerdo que la falla de Real cayó por la humedad.
Pero es una tradición año tras año ir a estos pueblos las semanas después de fallas en Valencia. Y esperamos seguir yendo muchos años.
En el próximo capítulo hablaré de unos hechos ocurridos por aquella época con protagonistas como Julio Tormo, Begoña de la Concepción, Julio Torras, Gabi Aranaz o Rafael de Lázaro, entonces presidente de la agrupación Mestalla-Benimaclet.
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