En este capítulo voy a cesar en parte el relato de lo que fueron aquellos meses para entrar en comentarios, conclusiones y pensamientos sobre lo que yo estaba viviendo.
Después de lo acontecido y de ver la transcendencia que aquello había tenido, una importancia que cuando comenzamos la retransmisión maratoniana nunca imaginábamos, tuve que ir asimilando varias cosas que hasta entonces desconocía.
Mirad, yo vengo de unas fallas que apenas luchaban por los premios. Si alguna vez sonaba la flauta a alegrarse, pero si no, a seguir la fiesta.
Cortes tampoco. Para que os deis cuenta, la primera corte que ha habido (y la única de momento) entre las dos fallas que más años he sido fallero fue en el 2007 donde fue elegida Andrea Arnau de la falla Domingo Orozco-Bailén. En Mariano Benlliure-A. de Tormos, de momento estamos si estrenar.
Os cuento esto para que veais que mi cuna fallera es como la de cualquiera de vosotros que estáis leyendo esto y que sois falleros muchos años sin otra pretensión que eso SER FALLEROS.
Pero todo esto hizo que mi perspectiva fuera cambiando. Sobre todo cuando en las tertulias se recordaba a fulanito o sotanito. En estas tertulias fue cuando oí por primera vez nombres como Pepe Monforte, que en Gloria esté, Josechu Rey de Arteaga, que tambiñen D.E.P., Alfonso Grau, etc. etc.
Son nombres que tuve que ir asimilando quienes eran tratando de pillar en cada conversación detalles que me los ubicaran porque no tenía ni idea. Uno de mis retos era no parecer tan ignorante que desluciera el éxito del programa. Y aunque en algún programa puede que pecara de no saber muy bien por donde iba, trataba de compensarlo dando palos de ciego para intentar sacar de una verdad una mentira o frases socorridas como “tu ya sabes por donde voy” ó “es un tema que merece otro debate” por ejemplo. Eran formas de decir que si seguía hablando puede que no te guste lo que voy a decir. ¡Y daba resultado! En ocasiones cuando el interlocutor me seguía yo pensaba “uffff, vaya marrón me he quitado de encima”. Aunque eso si, luego intentaba informarme por si surgía otra vez. Y la verdad es que esto me funcionó en multitud de ocasiones.
Otras veces si me equivocaba recurría a algo tan manido como “¿he dicho fulanito? ¡Vaya! Si tenía a sotanito en mente. Tantas horas al micrófono al final te rayan” Y me salía por la tangente como si tal cosa. Recursos que iba aprendiendo a la carrera. Tened en cuenta que cuando yo empiezo en la radio tenía 39 años (vocación tardía) pero cuando empiezo el programa de fallas ya tenía 43. No tuve ni la base periodística ni fallera para poder acometer lo que se me venía encima. Así que, o aprendía a la carrera, o se me comía lo que se venía encima después de lo de la falla Sueca.
La situación que se generaba en pocas semanas era realmente inquietante pero, como dije al final del capítulo anterior, apasionante:
- No tenía ni idea de muchas cosas y debía de aparentar que sabía de casi todo.
- Dirigía un magazine de radio dirigido a las fallas y además lo presentaba.
- Dirigía la emisora con lo que conlleva: personal, ventas, proveedores, administración…
- Un sector “dominante” de la fiesta me acababa de crucificar por apoyar a la falla Sueca.
- Y lo más importante: tenía familia con dos hijos en edad escolar.
A todo esto la dinámica que había adquirido el programa en particular, buque insignia de Música y Fallas Radio, y la emisora en general te arrastraba y te absorbía.
Pero lejos de acobardarme, seguí luchando por lo que creía. Seguí dedicando muchas horas a algo con lo que me sentía identificado y pensaba que era lo mejor que me podía pasar. Había unido dos de mis pasiones, las fallas y la radio y encima ¡funcionaba!
En esos días me enteré de algo que desconocía.
Como si fuera una secta, o grupo de influencias, había un grupo que se denominaba “Llengües de Foc” y que lo componían “falleros de pro”. Es decir “gente gorda de las fallas”. Cuando digo gorda no me refiero al peso personal, si no al peso específico en algunos ámbitos de la fiesta.
Recuerdo que cuando me enteré de los que formaban ese grupo estaban gente tan variada como el propio Gabriel Gil, Jaime García Oñate, Chimo Roig, José Luis Vaello o hasta el propio Félix Crespo. La curiosidad es que cada uno se había adoptado una figura del belén. Así uno era el Niño Jesús, otro un pastor, otro el Ángel Anunciador, otro San José, etc.
Su intención era reunirse periódicamente para cenar y después hablar de fallas. Es decir, como un consejo de sabios como veis.
¡Claro! Por eso en esas tertulias se decían esas cosas con conocimiento de cómo eran los otros cuando nosotros no teníamos ni idea. ¡Si es que llevaban años en temas altos de la fiesta y se conocen a la perfección y tienen una amistad “suprafallera”!
Las piezas me empezaban a encajar. Siendo conocidos y amigos en ciertos ámbitos como el grupo “LLengües deFoc” luego en la “cancha” eran rivales. Igual que sucede con los jugadores de la Selección Española, que luego en sus equipos se enfrentan a muerte.
Y otra cosa. Luego veía en jurados a algunos de estos visitando fallas de sus compañeros de grupo y les daban premio y pensaba ¿Se lo habrá dado porque se lo merece o porque ha influenciado al resto del jurado?
En temas de preselecciones también veía alguna cosa. Por ejemplo, no entendía como podía poner a dos miembros destacados de cierto partido en un sector siendo que la hija de otro conocido militante de ese partido estaba en el grupo. Luego salía preseleccionada y ¡de la Corte!
He llegado a pensar, elucubrando, porque aquí no voy a dar nombres ni datos concreto, que hay cierto pasteleo para que la oposición no entre en posibles mangoneos. Por entonces me preguntaba si no sería por esto por lo que nunca la oposición ha protestado por las formas o por ciertos hechos que puedan parecer manipulados. Es como si en un pacto no escrito se dijeran “te voy a dejar que saques una o dos pero a cambio no entres en lo que veas raro y así al año que viene podrás ser jurado de corte, de falla y tener tu cuota de mangoneo”.
Repito que no aseguro que esto sea así, pero si que siempre me ha dado la impresión.
Todos los años me llegan cortes mayores o infantiles que salen contra pronóstico y luego resulta que tienen alguna vinculación con alguien o algún grupo pseudo religioso o social determinado. Eso sin contar preselecciones que se retrasan porque falta una candidata y luego sale de la corte o alguna cosilla.
Creo que me entendéis ¿no?
En este grupo de “Llengües” me contaron que tras varios meses se plantearon en una cena cerrarme la emisora pero que luego se desestimó. No se si fue verdad. Pero eso me llevaba a la enésima pregunta ¿tanto poder tenían que podían hacerme eso? ¿o fue un farol para que yo me “acojonara”? Si era esto último aún no me conocían. A los hechos posteriores me remito.
Como un máster en “fallerío” mi concepto de las fallas más allá de los casales cambió. Pensaba que si te metías en un grupo determinado sería más fácil sacar algún beneficio de la fiesta. Cuando digo beneficio digo beneficio, bien sea de corte, de premio de falla (sobre todo en fallas de menor categoría donde nada es escandaloso) o incluso beneficio económico. Y alguien puede decir “Pepe, tu también sacas beneficio de las fallas”. Y diría “No, yo saco beneficio de mi labor comercial. A las fallas nunca les pido dinero por hacerles una entrevista. Es más, nunca condiciono que la entrevista salga a antena si no hay un cupo de patrocinadores. Las emito tengan lo que tengan. De hecho varias entrevistas han salido sin publicidad y las he emitido igual”.
Lo que pasa es que yo siempre lo he dicho. No quiero meterme en ningún grupo porque no persigo nada, ni corte, ni premio, ni nada de nada. Solo quiero contar lo que veo.
Y ahí precisamente pienso que es la baza que siempre ha jugado a mi favor. Y es que no me han podido pillar por ningún sitio porque no he buscado nada. Mi independencia creo que ha sido básica para poder subsistir en este mundo tan farragoso que me he ido encontrando. Ni siquiera el supuesto control de Manolo Más ha podido conmigo. Y eso creo que le sigue molestando a cierta gente. En el programa nunca he tenido jefe. Mi jefe soy yo. Por eso no se han podido dirigir a nadie para que me pararan los pies. Y una vez lo hicieron pero fueron a la persona equivocada. Ya os lo contaré porque también está en el guión de este relato a capítulos.
Unos capítulos que como veis a la parte derecha de este blog, van teniendo sus preferencias entre los lectores que según que tema se toca así lo pinchan. Es el orden de las entradas populares. No guardan el mismo orden según las publiqué.
El mes de febrero con esos hechos me dijo que las fallas no eran lo que yo pensaba. Y eso que había descubierto muchas cosas muy buenas que aún hoy en día sigo disfrutado de ellas lo mismo que mucha gente buena, sana y con un sentimiento fallero intacto que también da gusto saludarles cuando nos vemos en actos o en ciertos momentos.
A todo lo sucedido añado un hecho que ya en la segunda Asamblea radiada, la de febrero, comencé a ver. Y es que a todo lo que comentaba Félix o en ruegos y preguntas, parecía como si orquestaran un turno de palabra quienes he comentado antes. El orden no siempre era el mismo pero si solían pedir la palabra los últimos. Esperaban a que terminaran los presidentes de pedir turnos y cuando el Secretario General, Vicente Fayos decía “¿Algún ruego más?” ellos pedían turno y casi siempre se quedaban los últimos. Me refiero a Aquilino Broseta, Gabrie Gil y Julio Torras. ¿Os suenan de capítulos anteriores?
Pues en esos turnos de palabras en Ruegos y Preguntas, en bloque, atacaban a Félix, al Ayuntamiento o a cualquiera que osara enfrentarse a ellos en alguna intervención anterior. Como si fueran los “amos del cortijo”.
Con el paso de las asambleas radiadas, la gente que hasta entonces no había asistido a ninguna asamblea en el Hemiciclo del Ayuntamiento, se iba dando cuenta de lo que era. Y lo que hasta entonces no salía del foro consistorial, lo escuchaba mucha gente. Y esto pienso que con el paso del tiempo se convirtió en pieza fundamental para el deterioro del peso específico de algunos de ellos en la fiesta que, aunque después aún intentaron mantener ese estatus, ya no fue lo mismo. Hoy en día prácticamente está desaparecido. Entre los presidentes nuevos que hay y la posición extraña de Julio Torras que va a los plenos como delegado de Junta y a las asambleas como representante de falla y ahora va a los dos como medio de comunicación, la incidencia de este grupo de presión, aparentemente es mínima. Aunque aún se les ve de jurado de falla o de preselección de vez en cuando.
La información fallera tuvo un punto importante de inflexión en ese mes de febrero con los hechos radiados acontecidos. Creo que ni las fallas, ni los protagonistas ni nosotros, los que hacíamos radio entonces, fuimos conscientes de lo que ahora estoy contando. La vorágine de los sucesos fue de tal magnitud que no daba tiempo al análisis más allá del superficial.
A todo esto llegamos a marzo de 2007. Primeras fallas, primeras mascletás que retransmitir, primeras informaciones que dar. Y todo con el poso de lo que acabo de relatar.
En el próximo episodio contaré también algunas curiosidades de lo que se vivió en la emisora en las primeras fallas.
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