martes, 28 de agosto de 2012

Capítulo 25. INTENTOS DE CIERRE

Los programas iban sucediéndose con relativa normalidad. Era abril de 2008. Los colaboradores venían los días indicados. Nuevas secciones se iban incorporando. Por aquel entonces recuerdo que venían Carles Andreu con las curiosidades relacionadas con las fallas en internet, Rebeca Valenciano con los actos de las cortes y falleras mayores, Angel Romero con fallas históricas, Paco Verdú entrevistando a artistas falleros, Jorge Fabuel con “Vaya tela” espacio dedicado a la indumentaria y así varios colaboradores que tarde tras tarde venían a hacer sus espacios en Nuestras Fallas.

Ya entonces, entre el inicio del programa a las 4 de la tarde hasta el final a las 10 de la noche y las repeticiones, podíamos decir que el programa Nuestras Fallas duraba desde las 4 de la tarde hasta las 9 de la mañana del día siguiente. Los sábados y domingos poníamos reposiciones de toda la semana. Era todo el día fallas y fallas con sus diferentes espacios. Algo que añoro y que me gustaría volver a tener. Aunque tal y como está la tesitura es complicado por ahora y en unos años. Pero la esperanza no se pierde.

Entre programa y programa la gestión comercial y empresarial seguía por las mañanas. Hasta que en una de estas mañanas sucedió algo:

- ¿José Antonio García? – oigo una voz masculina nada mas entrar en la emisora-
- Si. ¿De parte de quien? –Yo seguía escuchando con la puerta de mi despacho entreabierta mientras que la visita era atendida por la secretaria que entonces tenía-
- Soy (diré Roberto, por darle un nombre) de la Policía Local de Burjassot. ¿Podemos hablar con él?
- Un momento. – le contesta la secretaria-
- Pepe, pregunta por ti. De la Policía Local de Burjassot.
- Dile que pase.

Una persona que pasaba de los 50 años, vestida de paisano aunque era policía local se acercaba a la puerta de mi despacho, un despacho en el que podía controlar todo pero que en ese momento tenía mi puerta entreabierta y solo veía a través de los cristales el estudio en directo. En ciertas funciones de policía los encargados de llevar estas funciones no necesitan llevar uniforme, bien porque no lo requiere el cargo, bien por otra razón que desconozco. Pero nada más abrir la puerta nos sorprendimos mutuamente:

- ¿Pepe?
- ¿Si? ¡ hombre eres Roberto!
- ¡Pero que sorpresa! Como me ponía José Antonio García…
- Si, pero es que es mi nombre para Hacienda. Sabes que desde siempre me conocen por Pepe, jejeje.
- No lo sabía que eras tú. ¿Cómo estás?
- Trabajando un poco. ¿Qué te trae por aquí?
- Pues mira, no sabía que trabajabas en la radio. Ni que esta era tuya. Te cuento. Hace unos días una persona muy nerviosa al Ayuntamiento (su descripción no dejaba lugar a dudas de quien era, y era de un medio de comunicación) y nos pidió que viniéramos y te cerráramos la emisora. Nos quedamos mirando, algunos compañeros contuvimos la risa y le preguntamos que qué pasaba. Nos dijo que erais una emisora ilegal y que venía a que os cerrásemos. Le tuvimos que tranquilizar y decirle que nosotros no podemos hacer eso. Insistió en que se podía hacer. Nosotros le explicamos que tan solo podíamos hacer la gestión de pediros la Licencia de Apertura y poco más. Que nuestra función no es esa.
- ¿Y que pasó?
- Nada, tomamos nota y le dijimos que nos acercaríamos a ver en que situación estaba.
- Entonces… ¿quería que me cerrarais la emisora?
- Jajajaj, si, pero con una maneras que no te cuento. Cuando se marchó del Ayuntamiento fueron varios los comentarios en la concejalía de Urbanismo en el sentido de que parecía poseído. ¿Qué le has hecho?
- Pues la razón es esta. –Y le expuse lo que os he contado en otros capítulos en relación con los medios de comunicación bajo mi punto de vista-
- ¡Pues vaya! Tranquilo que el tema no tiene importancia.
- Menos mal que sois vosotros, jejeje, así estoy informado de primera mano.
- Me alegro de verte, y ya sé donde estas. Voy a seguir con otras visitas. Toma este papel y tráeme esta documentación con fotocopias y cerramos el caso.
- Gracias Roberto, yo también me alegro de verte.

La visita fue breve y me dejó bastante pensativo. Han venido desde Valencia a intentar cerrarme la emisora. A mi pueblo, donde vivo casi 50 años y donde conozco a mucha gente por las diversas actividades que he desarrollado y por el tiempo que vivo en mi pueblo, bueno en Burjassot, porque aunque nací en Valencia, en plena Alameda pero a los pocos meses mis padres se vinieron a vivir a la ciudad de Los Silos.

A ver Pepe. Han intentado cerrarte la emisora alguien a quien no le caes nada bien. Esta emisora es la que te sustenta el pan de tu familia para que luego me venga algún iluminado pidiéndome que no hable de temas personales que afecten a su trabajo. ¿Dónde estaba cuando me quería cerrar a mi? ¿Tengo que pensar en los demás cuando a mi me estaban dando por todas partes y nadie me defendía, ni siquiera cierta gente que estaba comiendo de mi casa?

El porqué estaba claro, no había ninguna duda. Pero de no estar de acuerdo con lo que hacía a intentar cerrarme la emisora… pues creo que dista mucho.

Este hecho puede que a más de uno de los que estáis leyendo esto os vaya dando una idea de algunos hechos que aún hoy en día puede que se vean reacciones que llamen la atención algo pero que obedecen a que tolero cosas pero no olvido que en un tiempo hubo quien se atrevió a venir a mi pueblo a quitarme lo que daba de comer a mi familia. Podría haber tomado medidas y haber iniciado una guerra que no nos hubiera llevado a nada más, aunque la guerra ya estaba declarada pero no quería empeorar las cosas. Los hechos que en el próximo capítulo relataré os dará una idea de la situación en aquellos momentos.

Lo que peor llevaba es que gente en la que creía que en su día podía confiar, encima le reían las gracias a los que estaban haciéndome esto. Y fueron momentos difíciles.

Aunque tengo que reconocer que cuatro años después de esta etapa, algunos siguen sin hablarme pero con otros la situación está más que olvidada. A veces me pregunto si es porque tras cuatro años de crisis ahora más que preocuparse por lo que hacen los demás, cada uno estamos pendiente de sobrevivir día a día, porque no podemos distraernos. Hemos visto como otros medios han caído. Por esto pienso que los que quedamos en pie (medios o programas) vamos a preocuparnos en sacar adelante lo nuestro y no mirar tanto a los demás.

Tal era el control entonces que estábamos pendientes de las publicaciones para ver si ponían algo de nosotros. Pero esto para mi era grande, muy grande. Toda la vida siendo lector, oyente y televidente de programas de fallas y ahora estaba pendiente si hablaban de nosotros. El cambio era tremendo pero me iba acostumbrando pronto, demasiado pronto porque a lo mejor si lo que esperaba leer u oir era bueno para nosotros, quizá el pudor hubiera hecho que nos costara hacernos a la idea. Pero la verdad es que lo que esperábamos no era precisamente nada bueno.

Pero ahí íbamos. Afortunadamente el hecho del Ayuntamiento de Burjassot fue un hecho aislado pero en un contexto de intento de derribo con acoso mediático incluido. Otra prueba más de supervivencia que nos habían puesto en el camino de una emisora totalmente libre. Pero una prueba que no sería la única, porque visto lo visto, a pesar de que constantemente se hacía alusión a nosotros de una emisora poco profesional, carente de credibilidad y de rigor y un montón de adjetivos en la misma línea, el control sobre lo que decíamos era total.

Lo más llamativo es que no dejaban de llamarnos emisora “pirata” por lo que comenté en el primer capítulo de las licencias de radio. Incluso recuerdo que en la Taula de Serrans de aquel año nos dijeron eso de una forma indirecta pero clara. Y digo que es lo más llamativo porque varios de los que nos llamaban piratas y otras lindezas, algún año después, en la creación de una emisora efímera plagiada de la nuestra perdieron el culo para colaborar con ellos e intentar que, con la puesta en marcha de esta otra emisora nos pudieran hundir. El tiro les salió por la culata y no fui yo quien me hundí.

Pero la credibilidad de los que me llamaban pirata quedó bajo mínimos cuando lo que a mi me criticaban lo ponían en marcha ellos.

No entré al saco de aquel episodio porque no valía la pena. Quien lo pudiera decir en ese momento se definía a si mismo.

Donde si que entré al saco fue en lo que en el siguiente capítulo os voy a contar sobre los vetos a ciertos actos. No os lo perdáis.

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