Después de lo sucedido en el mes de
septiembre, llegó octubre. Nosotros seguíamos con el programa en
marcha. Nuestras cuatro horas diarias y ganando oyentes en nuestra
nueva sintonia y capeando el temporal económico con la consecución
de anunciantes que sostuvieran los programas. Para entonces ya había
tomado la decisión de no solicitar publicidad institucional para
ninguna campaña. Yo veía que en otros medios se repartían dinero
en publicidad en diferentes campañas, básicamente tres al año, y
en mi caso hacía un par de años que también me daban. Pero entre
que tardaban mucho en pagar, y la aparente “subyugación” que
aquella publicidad tenía (me daba la sensación que te estaban
comprando, aunque se dijera que esto no era así) decidí que no me
dieran más. Así no volví a solicitarla desde entonces. A día de
hoy sigo sin hacerlo aunque la vea y oiga en otros medios.
Dos hechos me marcaron antes de
Navidad. El primero coincidió con el nombramiento de la fallera
mayor de Valencia 2012, la famosa llamada de la alcaldesa.
Fue un fin de semana muy duro para mi,
el día 15 de octubre fallecía mi padre tras una larga enfermedad y
el día 17 era la llamada. Ese día, lunes, volví a hacer el
programa, en estos casos lo mejor para asumir tu nueva situación es
aferrarte a tu rutina diaria con el trabajo y tu familia.
Tras la llamada fui a casa de Rocío y
de ahí me marché a la calle Carcagente. Cuando llegué, entre que
me encontraba mal (la tarde de antes habíamos incinerado a mi padre)
y el ambiente me daba que algo enrarecido por el hecho sucedido en la
elección de las cortes en septiembre, mi presencia allí la noté
como “rara”. Ya os digo, igual fueron cosas mías, pero no sé.
Os puedo decir que conforme pasó el tiempo, me dí cuenta que algo
había de esto. Pero es un detalle que ahora os cuento.
A casa de Sandra ya no subí. Me marché
con la cabeza hecha un lío. Me constaba aparentar normalidad cuando
yo no estaba bien. Apenas entraron en el casal de la falla, me
despedí de unos cuantos conocidos y me fui.
La visita a los estudios de Onda Uno de
Sandra y Rocío fue cordial y con un protocolo correcto. La
entrevista divertida y entretenida. Pero a partir de ahí, mis
encuentros con Sandra han sido digamos, algo fríos, distantes.
Cuando le iba a hacer una foto nunca me miraba, lo normal en los
casos de varias cámaras es mirar a todas o por lo menos intentarlo.
Si coincidíamos en un acto, lo normal de una fallera mayor de
Valencia es ir mirando a todos o casi todos, y la primera vez dices
bueno, es imposible mirar a todos, la segunda dices vale y a la
tercera ya te vas percatando que pasa de ti. Yo pensé que era por lo
sucedido en la elección de cortes, porque otra cosa no me cabe.
Alguien me dijo que es una chica que las cosas que no le gustan las
recuerda. Y yo con ella me he visto en más de un momento como
“relegado”, no me ha preocupado. Las personas pasan, los cargos
quedan. Y ahora tenemos a Begoña que me vea donde me vea siempre
tiene una sonrisa y un saludo cordial y sincero.
El último capítulo de este tipo
vivido fue en la ofrenda de Chiva donde estuvo invitada y al
finalizar la ofrenda, siendo casi el único medio que conocía,
apenas me dirigió la palabra ni la mirada para ninguna foto, algo
llamativo. Tan solo una palabras de cumplido cordial cuando
coincidimos en la escalera de subida al Ayuntamiento de la población,
Chiva.
Aun así, en el balcón del
Ayuntamiento, estas fallas pasadas, la entrevisté como a todas las
falleras mayores de Valencia que vi, el cargo está por encima de las
personas.
Y el siguiente hecho que me marcó fue
en la Asamblea de Presidentes del mes de diciembre. Hasta entonces,
Paco Lledó, había seguido en parte la estela de Félix Crespo,
aunque su retórica era menor y sus puntos del orden del día eran
más directos, tanto que en ocasiones no daban tiempo a reflexionar.
Pero ese día, con la asistencia
habitual de la nueva corte y fallera mayor de Valencia, hubieron dos
intervenciones que se quejaban de que estaban molestos por algunos
cambios orquestados para equilibrar la ofrenda.
El primero era que se explicó que el
sector de Mislata había sido cambiado de la calle de San Vicente a
la calle de La Paz por razones de tiempo, para equilibrarlo. Para
ello se citó a los presidentes de las once fallas de Mislata en una
reunión previa y es les explicó el tema. En la asamblea se les
agradeció su predisposición.
Un apunte: estoy seguro que si el
cambio hubiera sido al revés, de la calle de la Paz a la calle San
Vicente, esta reunión no hubiera hecho falta, se hubieran cambiado y
todos tan felices. Supongo que ya sabéis por qué lo digo.
Tras esto, el sector del Carmen que
también había sufrido cambios se quejó que a ellos no se les había
consultado. Entonces se produjo en hecho llamativo como fue que un
componente de la delegación de Festejos se enfrentó a la
vicepresidenta de la misma área defendiendo a su sector. Aquello fue
muy llamativo pues ahí se vio claro que la situación actual de los
delegados de junta dista mucho de la realidad que tiene que ser, que
no es otra que defender a sus sectores en Junta, pero esto choca
contra la otra realidad, y es que quien se enfrenta a Junta
defendiendo a su sector, se está enfrentando a quien lo ha puesto en
ese cargo de Junta aunque sea vocal electo, lo pueden relega a una
posición menos relevante en la Casa Grande.. Contradicciones del funcionamiento de Junta.
Pero lo peor vino con una intervención
de un presidente del sector Pla del Real-Benimaclet quien hablaba en
nombre de todos los presidentes de su sector. La Asamblea da voz a
los presidentes de agrupación pero no les da voto, pero como era un
tema del sector, en lugar de defenderlo un delegado de sector, lo
tienen que defender los presidentes. Así lo hizo, se quejó en
nombre de todo el sector que el cambio, aunque directamente no les
afectaba, se hubiera hecho de espaldas a ellos pues los autobuses de
Mislata podían entorpecer la ofrenda a Pla del Real Benimaclet, y lo
menos que se podía haber hecho era consultarles también a ellos.
Cambiaban de horario y no se les dijo nada.
El problema no vino en el fondo, vino
en la forma en la que Paco Lledó, viéndose acorralado, cortó de
malas maneras las intervención del presidente de Mistral-Murta. La
asamblea no estaba acostumbrada a esto y lo cierto es que nos pilló
desprevenidos a todos. Para entonces reflejé así mi descontento con
lo sucedido:
http://blognuestrasfallas.blogspot.com.es/2011/12/sensaciones-post-asamblea.html
Comenzaba la era de Paco Lledó. Sus
asambleas a partir de ahí iban a ser todo menos aburridas. Incluso
hasta la de este año 2013 en el mes de enero tuvo su miga. La de
febrero fue más tranquila, pero eso será otro cantar.
Por aquel entonces también escribí
cuatro capítulos del por qué no me gusta lo de la UNESCO, lo de que
las fallas sean patrimonio cultural inmaterial. A día de hoy nadie
me ha convencido. Yo sigo en la mía, escrito está. En el blog de
nuestras fallas que antes he indicado en el mes de diciembre de 2011.
En el siguiente capítulo contaré como
se inició la creación de la UACC, como la vivimos, y como volvimos
a hacer el programa en La Mega, 107.1 de la FM.