La primavera del 2009 fue algo para olvidar. Después de lo
acontecido en el capítulo anterior, abril, mayo y junio se presentaban
inciertos. Intentaré sintetizar algunos hecho que considero más relevantes sin
caer en la descalificación gratuita y esperando que se entienda que todo
sucedió en el contexto de las fechas en las que estamos hablando y que en
ningún momento intento proyectar aquello sobre la situación actual que,
afortunadamente, en muchos aspectos ha variado considerablemente a mejor.
La entrada de Raquel y Rafa llevó a unos programas más
críticos en los que la tensión entre Junta y Música y Fallas Radio iba
creciendo. El momento más álgido de esta situación hostil se produjo en la
presentación del libro “Vivir las Fallas” en las que unos comentarios que
arremetían contra la organización del acto y su puesta en escena por parte de
los colaboradores desembocó en un hecho desagradable que sucedió al finalizar
la Asamblea del mes de Mayo cuando al finalizar la misma, estando conmigo
Raquel, vinieron Gabi y Bea, entonces secretaria de la delegación de medios, a
recriminarme lo que habíamos dicho. Yo le dije en buenas palabras que no quería
tener allí esta conversación, pero ellos insistían gritando que si, que lo querían
resolver allí.
El momento se fue calentando hasta que el propio
vicepresidente Jorge Guarro tuvo que intervenir puesto que mi negativa a hablar
del tema delante de una persona que ellos no sabían quien era y en un momento
en el que yo estaba recogiendo los aparatos de la retransmisión de la Asamblea,
iba en aumento con el cabreo de ambos. Intenté mantener la tranquilidad y eso
les puso más nerviosos. Al final no quise entrar y les dije que cuando
quisieran hablábamos pero fuera de allí. No era ni momento ni lugar. El tema
quedó mal y fue la comidilla en los corrillos posteriores que se forman en las
afueras del Ayuntamiento al finalizar cada asamblea y, como no, en los
corrillos del Ateneo donde varios presidentes y “hombres fuertes” de las fallas
se reúnen a tomarse el último café antes de irse a casa.
Un inciso: sobre las retransmisiones de las asambleas me
cuentan que cuando las iniciamos allá por enero de 2007, algunos presidentes
que aprovechaban estas para volver más tarde a casa de lo acostumbrado, tenían
la excusa. Pero desde que comencé a hacerlas en directo se quedaban sin esta
excusa puesto que sus mujeres podían oir la radio y sabían cuando había
terminado. Esto nunca supe si fue leyenda fallera o realidad.
Volvemos al momento. Tras esta acometida aún quedaba lo
peor. En el Pleno de junio, apenas tres semanas después, al finalizar el mismo,
se leyó un comunicado en el que la delegación de medios en pleno censuraba
nuestras formas y hacían piña en torno a su delegado, Gabi, criticando con dureza
nuestras formas. Fue un comunicado duro contra nosotros pero que me vino muy
bien. Iba a servir para destapar ciertas prácticas de entonces y poder hablar
con claridad total del asunto. En lugar de hundirme, aquel comunicado me sirvió
para reivindicar mis peticiones históricas.
Esa misma noche me
quedé en la emisora repasando cosas, audios, documentos y recogiendo datos para
contraatacar al día siguiente. Un día en el que estoy seguro que muchos de los
que oyeron el Pleno estarían pendientes de por donde iba yo.
Al día siguiente, mientras que desarrollaba las actividades
propias de una empresa, como cada mañana, yo seguía recabando cosas y datos. Me
preguntaba como podían haber firmado este comunicado todos los componentes de
entonces de la delegación cuando alguno incluso me conoce de Burjassot desde
que yo era pequeño y tocaba en la banda de cornetas y tambores con él como
“Cabo de cornetas” y habíamos coincidido mas de 10 años en la misma falla con
una amistad que aún hoy conservo con su mujer y sus hijas.
Entonces le llamé por teléfono:
-
¿Enrique?
-
Dime Pepe.
-
Oye, una cosita, ¿tu has firmado el comunicado de la
delegación de medios?
No quise darle ningún dato más para que no intuyera nada y
ver la realidad de los hechos.
-
Pepe, no sé de que comunicado me hablas. Llevo más de
un mes sin ir a Junta por un tema personal. ¿Sobre que es?
-
Nada, no te preocupes ya hablamos.
-
¿Pero que pasa?
-
Nada, tranquilo, ya hablamos.
-
Vale, Pepe, como tú quieras.
La primera en la frente. En el comunicado leído, habían
nombrado como que todos habían firmado. Incluso él. Aquello ya me dio una razón
para que viera que se había hecho de una forma algo chapucera. Incluso el
vicepresidente me confirmó que no lo quiso firmar porque sabía que “nos iban a
llover ostias” y no iba a beneficiar para nada a la delegación.
Recapitulamos. El vicepresidente de manera inteligente no
quiso firmar, y así lo dijo en el comunicado. Un delegado no había firmado y lo
pusieron como que si, es decir, mintieron. Los hechos comentado en contra mía
eran tan vacios que no tenían justificación.
El programa del día siguiente a las 4 fue durante la primera
hora y media un repaso intenso y lleno de indignación por mi parte a lo que
había sucedido la noche anterior. Demostré que era un comunicado lleno de falsedades
y de un intento infructuoso de que cambiara mi actitud ante la delegación. Yo
no estaba dispuesto a dar algo a cambio de nada. Me habían insultado gravemente
y me habían cuestionado mi trabajo de forma totalmente falsa argumentando
hechos que saltaban a la luz que no se
correspondían con la realidad. Me dolió mucho todo aquello. Es cierto que era ácido
en mis críticas, pero no eran menos subjetivos con el trato a nuestra emisora.
La guerra estaba abierta. Solo una persona podía pararla. Félix Crespo quien a
día de hoy aún no entiendo como permitió que se leyera este comunicado. Ni
Fayos tampoco. Aunque es algo que nunca he tratado con ellos. Puede que algún
día lo haga.
Tras lo leído en el Pleno de junio, esperaba que en la
Asamblea dijera algo Félix, pero no, no dijo nada y el asunto se cerró
momentáneamente.
Fue precisamente Félix Crespo con quien mantuve una
conversación en la entrega de los premios del campeonato de parchís y truc de
Junta en los jardines del Palau al finalizar el mismo. Tras unas breves
palabras que quedan para nuestra intimidad, terminé diciendo que si, que yo
pasaba página pero que la delegación también lo hiciera. O todos moros o todos
cristianos.
La tensión se apaciguó algo pero no fue lo que a mi me
hubiera gustado. Aún hoy en día me sigo preguntando otra cosa: ¿Quién era de
verdad el que manejaba los hilos de la delegación de medios por aquel entonces?
Un misterio sin resolver.
La consecuencia de todo esto es que desde entonces Música y
Fallas Radio desapareció de fallas.com y ya podíamos estar en los actos que
estuviéramos, ya podíamos ir donde fuéramos, que nunca nos sacaban una foto
nuestra y si de otros medios mas “amigos”. El agravio fue en aumento y lo que
es peor, permitido por la cúpula.
Aún con el cabreo que esto suponía, había algo positivo. Era
que a pesar de las dificultades económicas, de personal, internas etc. Música y
Fallas Radio, el programa Nuestras Fallas y Pepe Herrero seguían muy vivos en
la fiesta. Lo que decíamos preocupaba y creo que era por la falta de control
sobre nuestras decisiones. Sigo pensando que al depender solo de mi, sin ningún
jefe que me dicte la línea a seguir y sin ningún punto de debilidad al que
agarrarse para arremeter contra mi o intentar hundirme la impotencia crecía
entre los que pienso que intentaban controlarme o los que mandaban a estos que
intentaban controlarme.
Y digo esto porque en el próximo capítulo contaré algo que
sucedió en pleno mes de agosto tras un mes de julio ajetreado. Tras la
primavera caliente viene el verano movidito movidito. Unos meses para no
olvidar.
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